La fobia

Era un día de "miércoles", de esos en los que uno se pregunta: "¿Por qué me habré levantado hoy?"
Tenía turno con el médco, lo cual, ya desde el vamos, me pone de mal humor; solo los que debemos padecer la salud pública en Argentina, sabemos lo que implica tener que ir al médico. Tenía el tiempo justo para mi consulta, lograr que me dieran la receta y, de ahí, hasta el centro de Varela (unos 30, 40 minutos de odisea en colectivo) retirar la medicina y volver (otros 30, 40 minutos de odisea en colectivo) a retirar a mi hijo de la escuela.
Como era de esperarse,  me atendieron fuera de hora, lo que hizo que tuviera que ir primero por mi hijo e ir a las corridas a buscar la medicina, antes de que terminase el horario de atención. Además se sumó el trastorno económico que toda esta maratón provocaba a mi presupuesto, casi extinto a estas alturas del mes. De más está decir que al llegar, casi sin aliento y ver que tenía que seguir esperando, mi humor colapsó. Fue ahí cuando algo sucedió; una de esas "travesuras" de Dios...
Una mujer sentada en el pasillo, frente al ascensor, me preguntó tímidamente:
  -Disculpe,señora ¿va a bajar por el ascensor?
  -Si -respondí.
  -¿Podría bajar con usted? Tengo fobia y me hace sentir muy mal bajar sola por el ascensor...
  -Claro -repuse, ahora con una inesperada sonrisa- No se preocupe, yo la acompaño.
Y de pronto me vi hablando tonterías para distraer a la mujer y hacer que el breve descenso por el ascensor lo pasara lo más distendida posible.
  -Gracias -me dijo al llegar.
  -No hay por qué...
Al retirarse la mujer, mi pequeño preguntó:
  -¿Qué es la fobia?
  -Es una enfermedad que nos provoca mucho miedo y nos sentimos muy mal; nos fallta el aire, temblamos...
  -Ah... ¿y por eso la ayudaste?
  -Si -respondí y agregué, después de un breve silencio- En realidad... no sé quién ayudó a quien.
Mi mal humor se había esfumado. Después continuó mi día con sus luces y con sus sombras, con la rutina de siempre.
Pero, de pronto, esa inocente pregunta de mi hijo "¿por eso la ayudaste?", me hizo comprender que en esos días de "miércoles", cuando uno se pregunta: "¿por qué me habré levantado hoy?", Dios siempre tiene una respuesta para darnos: 
"PORQUE MI PUEBLO TE PRECISA"

Ale Soria.

Seguí sus Huellas en InstagramFacebookYou Tube y Pinterest 






Comentarios