Evangelio según San Juan:
Después de hablar así, Jesús levantó los ojos al cielo, diciendo:
"Padre, ha llegado la hora:
glorifica a tu Hijo
para que tu Hijo te glorifique a ti,
ya que le diste autoridad
sobre todos los hombres,
para que él diera Vida eterna
a todos los que tú les ha dado.
Esta es la Vida eterna:
que te conozcan a ti,
el único Dios verdadero,
y a tu Enviado, Jesucristo.
yo te he glorificado en la tierra,
llevando a cabo la obra
que me encomendaste.
Ahora, Padre, glorifícame junto a ti,
con la gloria que yo tenía contigo
antes que el mundo existiera.
Manifesté tu Nombre
a los que separaste del mundo
para confiármelos.
Eran tuyos y me los diste,
y ellos fueron fieles a tu palabra.
Ahora saben
que todo lo que me has dado viene de ti,
porque les comuniqué las palabras
que tú me diste,
ellos ha reconocido verdaderamente
que yo salí de ti,
y han creído que tú me enviaste.
Yo ruego por ellos:
no ruego por el mundo,
sino por los que me diste,
porque son tuyos.
Todo lo mío es tuyo
y todo lo tuyo es mío.
y en ellos he sido glorificado.
Ya no estoy más en el mundo,
pero ellos están en él;
y yo vuelvo a ti.
Palara de Dios. Juan 17, 1-11b
Padre, que este Pentecostés, seamos uno, en oración y trabajo para que tu Espíritu renueve toda la faz de la tierra, librándola de todo mal.
¡Ven Señor Jesús!
Amén
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