El Espíritu Santo está llegando para transformar nuestra vida. Nuevamente, la vigilia de su llegada nos encuentra en nuestras casas, con la incertidumbre que nos provoca este tiempo tan obscuro. Junto a nuestra Madre María, oremos unidos a todos los santos para que el Espíritu de Dios traiga la sanidad y la prosperidad que tanto precisan nuestros pueblos hoy. ¡Ven Espíritu Santo, en ti espera nuestra alma!
Secuencia de Pentecostés
Ven, Espíritu Divino
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre,
Don, en tus dones espléndido,
Luz que penetra las almas,
Fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce Huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo.
Tregua en el duro trabajo,
Briza en las horas de fuego,
Gozo que enjuaga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz; y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si Tú le faltas por dentro.
Mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía.
Sana el corazón enfermo.
Lava las manchas. Infunde
calor de vida en el hielo.
Doma el espíritu indómito.
Guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos.
Por tu voluntad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito,
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
Amén. Aleluya.
Los 7 dones de Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo.
¡Espíritu Santo! Tú eres el fuego en el seno de la Trinidad. Tú viniste el día de Pentecostés al los Apóstoles bajo la figura de lenguas de fuego y los introdujiste en tu hoguera. Encendiste en sus corazones la llama de amor del Padre y del Hijo.
Ven como viniste el día de Pentecostés sobre los Apóstoles y sobre el pueblo reunido. Ven a tu Iglesia, ven a todos los que están unidos en la fe, a los sacerdotes, a los religiosos y laicos, a los fervorosos y a los tibios, a los responsables y a los indiferentes, a los ancianos y los jóvenes, para que prendidos de tu fuego, formen una comunidad de amor y ardan en deseos de hacer el bien. Ven a todos los hombres, a todos los pueblos, razas y religiones, para que al calor de tu fuego puedan construir un mundo de paz y amor. ¡Ven y seremos salvos!
Amén.
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