Evangelio del día (Domingo 19 de Septiembre 2021)

Evangelio según San Marcos: 

Al salir de allí, atravesaron la Galilea; Jesús no quería que nadie lo supiera, porque enseñaba y les decía: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará". Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas. 
 Llegaron a Cafarnaún y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: "¿De qué hablaban en el camino?". Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande. Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: "El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos". Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: "El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y  el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado".
Palabra de Dios. Marcos 9, 30-37


Recibir a uno de estos pequeños.

Cuando Jesús pregunta qué venían hablando por el camino, sus discípulos callan, porque mientras él intenta hacerles comprender cuál era el destino que le esperaba, ellos discutían sobre quién era el más grande: ante el Camino de Jesús, ellos optan por el camino del poder.
Muchas veces, buscamos destacar para ser honrados, admirados por los demás; incluso, nos volvemos "servidores" de todos, para que vean cuán grande es nuestra misericordia y caridad. Sin embargo, el Camino de Jesús no es ese...
En su tiempo, los niños no tenían privilegio alguno; nadie les preguntaba qué deseaban para el día del niño o qué les gustaría estudiar. Su opinión no se tenía en cuenta, porque era niños, inmaduros que nada sabían de la vida. Eran como ganado que se cría para sacar su provecho, nada más. Jesús lo abraza, lo coloca en medio de ellos y les dice: "El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mi, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado". ¿Qué significaba "recibir" a uno de esos pequeños en su "Nombre"?
Significaba recibir a un simple niño, como si recibieran a Dios mismo. De eso se trata el Reino. 
Lo que nos propone Jesús no es subestimarnos o menospreciarnos a nosotros mismos; quien no se ama a si mismo, es incapaz de amar a nadie más. Ignorar nuestras virtudes y talentos, es ignorarnos a nosotros mismos y despreciar la gracia de Dios. 
Lo que Jesús espera de nosotros es que recibamos a cada ser humano en nuestro corazón como un regalo de Dios, una bendición para nuestra vida. Porque en definitiva, eso es cada ser humano que viene a este mundo, una bendición de Dios para toda la humanidad, y así debemos recibirlo. Pero, también, debemos ir a cada uno de igual manera, tratando de dar siempre lo mejor de nosotros mismos a los demás. 
En el Reino de Dios no hay "primero" ni "último"; sólo existen hermanos, unidos por el mismo amor de Jesús, por el mismo Espíritu Santo, que nos hace uno en el Padre celestial.


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