Evangelio y Lecturas del día, Domingo 14 de Noviembre 2021

Primera Lectura

Lectura del Libro de Daniel:

En aquel tiempo, 
se  alzará Miguel, el gran Príncipe,
que está al pie junto a los hijos de tu pueblo.
Será un tiempo de tribulación,
como no lo hubo jamás, 
desde que existe una nación
hasta el tiempo presente.
En aquel tiempo, será liberado tu pueblo:
todo el que se encuentre inscripto en el Libro.
Muchos de los que duermen
en el suelo polvoriento
se despertarán, unos para la vida eterna,
y otros para la ignominia,
para el horror eterno.
Los hombres prudentes resplandecerán
como el resplandor del firmamento,
y los que hayan enseñado a muchos la justicia
brillarán como las estrellas,
por los siglos de los siglos.
Palabra de Dios. Daniel 12,1-3

Salmo responsorial

R: Prótegeme, Dios mío, porque me refugio en ti

El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz,
¡tú decides mi suerte!
Tengo siempre presente al Señor:
él está a mi lado, nunca vacilaré. R

Por eso mi corazón se alegra,
se regocijan mis entrañas
y todo mi ser descansa seguro:
porque no me entregarás a la Muerte
ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. R

Me harás conocer el camino de la vida,
saciándome de gozo en tu presencia,
de felicidad eterna a tu derecha. R

Salmo 15, 5. 8-11

Segunda Lectura

Lectura de la Carta a los Hebreos:

Cada sacerdote se presenta diariamente para cumplir su ministerio y ofrecer muchas veces los mismos sacrificios, que son totalmente ineficaces para quitar el pecado. Cristo, en cambio, después de haber ofrecido por los pecados un único Sacrificio, se sentó para siempre a la derecha de Dios, donde espera que sus enemigos sean puestos debajo de su pies. Y así, mediante una sola oblación, él ha perfeccionado para siempre a los que santifica.

Y si los pecados están perdonados, ya no hay necesidad de ofrecer por ellos ninguna otra oblación. 
Palabra de Dios Hebreos 10, 11-14. 18

Evangelio según San Marcos:

En ese tiempo, después de está tribulación, el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar, las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán. Y se verá al Hijo del hombre venir sobre las nubes, lleno de poder y de gloria. Y él enviará a los ángeles para que congreguen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte.
Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el fin está cerca, a la puerta. Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto a ese día y a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, nadie sino el Padre. 
Palabra de Dios. Marcos 13, 24-32


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