Brochero, el cura gaucho

 En 1869, el actual valle de Traslasierra era un inhóspito paramo de más 4000 km² de valles y serranías casi desiertas, donde se refugiaban salteadores y prófugos de la justicia. Los 10 mil habitantes que tenía por entonces el lugar vivían dispersos y en extrema pobreza, incomunicados por las Sierras Grandes (más de 2000 m. de altura) sin caminos, escuelas o centros sanitarios. El olvido y la falta de esperanza eran los únicos amos de aquellos lejanos valles. Hasta allí, montado en su mula, tras una travesía de tres días, llegaba un joven sacerdote que bajo su poncho de misericordia, traía el comienzo un nuevo tiempo que Dios estaba por escribir...

San José Gabriel Brochero



José Gabriel del Rosario Brochero nace el 16 de marzo de 1840 en Carreta Quemada, un paraje cercano a Villa Santa Rosa, provincia de Córdoba Argentina. Sus padres Ignacio Brochero y Petrona Dávila, se dedicaban a la tareas del campo. Brochero fue el 4° de 10 hermanos y desde temprana edad manifestó su deseo de ser sacerdote. Fue así, que el 5 de marzo de 1856, ingresa al Seminario de Nstra. Sra. de Loreto, en ciudad de Córdoba. Completa sus estudios ingresando 1858 a la Universidad Nacional Mayor de San Carlos, donde conoce al futuro Presidente de la Nación, Miguel Juárez Celman, con quien cultiva una profunda amistad. Es allí también donde conocerá a varias figuras destacadas de la política y cultura argentina con las que mantendrá a lo largo del tiempo un vínculo.
Es estos años, conoce también la Casa de Ejercicios Espirituales de los Padres de la Compañía de Jesús, donde participa de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio y tiempo después, colabora en ellos junto a los jesuitas, experiencia que marcará su pastoral.
El 4 de noviembre de 1866 es ordenado sacerdote por el Obispo Ramírez de Arellano en la ciudad de Córdoba, a la edad de 26 años.
En 1867 se desata en gran parte del país una epidemia de cólera, que provoca una profunda crisis social y conflictos en el Estado, la élite médica y la Iglesia Católica, principal institución que asiste a los enfermos con lugares para las internaciones, medicamento y recursos para sus familiares. Brochero, durante esta epidemia, tiene una destacada labor con enfermos y familiares, que más allá de poner su propia vida en juego, le otorga un gran respeto y cariño de sus feligreses. 
En noviembre de 1869, recibe el título de Maestro de Filosofía en la Universidad de Córdoba y, en ese mismo año, es nombrado vicario del departamento de San Alberto, actual valle de Traslasierra, con sede en la localidad de Villa del Tránsito. Tras tres días de viaje en mula llega al curato al que le dedicaría el resto de su vida.
Al llegar a aquel valle, inmenso, se encontró con una gran población dispersa, conformada por gentes muy pobres, y fugitivos de la justicia. Vivían con grandes necesidades, incomunicados entre sí y con el resto del país, escépticos y sin proyecto alguno de cambiar esa realidad. La tarea evangelizadora que debía realizar Brochero parecía destinada al fracaso,  sin embargo Dios no estaba dispuesto a que sea así. 
A lomo de su mula Malacara, Brochero comenzó a recorrer el lugar, a acercase a las familias y organizar viajes para realizar los Ejercicios Espirituales de San Ignacio en la capital cordobesa. Pronto, los frutos fueron tan abundantes que lo llevó a edificar la Casa de Ejercicios Espirituales que todavía hoy abre sus puertas a la comunidad cristiana. Se movió entre sus compañeros de Universidad con los que aún mantenía una cercanía para conseguir recursos para la construcción de caminos, puentes, acueductos, canales de riego, oficina postal y telégrafo. Con sus propias manos edificó y restauró templos y escuelas rurales, hospitales y abrió caminos entre las sierras. Se acercó a fugitivos y forajidos, invitándolos a participar de sus retiros espirituales y llevándolos a la conversión. Entre ellos, el gaucho sanjuanino José de los Santos Guayama, que había aceptado llegar con sus 300 seguidores a la Casa de Ejercicios Espirituales; pero en una emboscada, fue apresado junto a sus hombres y fusilado. Los esfuerzos de Brochero para ayudarlo fueron en vano, dejando en el sacerdote un profundo dolor.
Su labor con los enfermos de lepra, hizo que contrajese la enfermedad, que lo dejo ciego, y tiempo después, sordo. Sin embargo, esta condición no lo detuvo para seguir buscando que llegara el tren hasta el valle de Traslasierra. Logró entrevistarse con el líder del Partido Radical que sería dos veces Presidente de la Nación, Hipólito Yrigoyen, quien quedó admirado por la personalidad del cura gaucho. Sin embargo, pese a todos sus esfuerzos el ferrocarril nunca llegó.
Después de una vida entera dedicada al servicio de los más pobres, el alma del cura gauchazo, volvió al Padre el 26 de enero de 1914. En 1916, la Villa de Tránsito, cambió su nombre por el de "Villa Cura Brochero".
Fue canonizado por el Papa Francisco en la Plaza San Pedro el 16 de octubre de 2016. Su vida se celebra el 16 de Marzo.



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