Evangelio y Lecturas del día 29 de enero de 2022

 Feliz el pueblo del Señor

Primera Lectura

Lectura del Libro del Profeta Sofonías

Busquen al Señor, ustedes,
todos los humildes de la tierra.
los que ponen en práctica sus decretos.
Busquen la justicia,
busquen la humildad, 
tal vez así estarán protegidos
en el Día del Señor.

Yo dejaré en medio de ti
a un pueblo pobre y humilde,
que se refugiará en el nombre del Señor.
El resto de Israel
no cometerá injusticias
ni hablará falsamente;
y no se encontrará en su boca
palabras engañosas.
Ellos pacerán y descansarán
sin que nadie los perturbe.

Palabra de Dios, Sofonías 2,3; 3, 12-13

Salmo responsorial

R/ Felices los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos.

El Señor mantiene su fidelidad para siempre,
hace justicia a los oprimidos
y da pan a los hambrientos. R/

El Señor libera a los cautivos,
abre los ojos de los ciegos
y endereza a los que están encorvados. R/

El Señor protege a los extranjeros
y sustenta al huérfano y a la viuda;
el Señor ama a los justos
y entorpece el camino de los malvados. R/

El Señor reina eternamente,
reina tu Dios, Sión,
a lo largo de las generaciones.
¡Aleluya! R/

Segunda Lectura

Lectura de la Primera Carta de San Pablo a los Corintios

Hermanos, tengan en cuenta quiénes son los que han sido llamados: no hay entre ustedes muchos sabios, hablando humanamente, ni son muchos los poderosos ni los nobles. Al contrario, Dios llamó a los que el mundo tiene por necios, para confundir a los sabios; lo que el mundo tiene por débil, para confundir a los fuertes; lo que es vil y despreciable y lo que no vale nada, para aniquilar a lo que vale. Así, nadie podrá gloriarse delante de Dios. Por él, ustedes están unidos a Cristo Jesús, que por disposición de Dios, se convirtió para nosotros en sabiduría y justicia, en santificación y redención, a fin de que, como está escrito: El que se gloría, que se gloríe en el Señor.

Palabra de Dios, 1° Corintios 1, 26-31

Evangelio según San Mateo

Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles diciendo:
«Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. 
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo».

Palabra de Dios, Mateo 5, 1-12a


Felices somos de ser tu pueblo, Señor

Las "Bienaventuranzas" son sin duda uno de los pasajes más bellos y centrales del Evangelio, en el que Jesús nos enseña cual es la verdadera búsqueda de la felicidad: amarnos los unos a los otros como él nos ama y, fortalecidos en ese amor, construir un mundo más justo, fraterno y libre. Vivir esta Nueva "Ley", la Ley del Amor, nos da la plenitud de vida, pero también nos opone a un mundo obscuro, infeliz, que busca anular este proyecto de Jesús. Es en el amor fraterno, unidos a Cristo Jesús que la Vida vencerá al triste proyecto de la muerte. Y es en esta certeza que felices somos, Señor, de que nos hayas llamado a tu lado.


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