Evangelio y Lecturas del día 16 de febrero de 2025

 Las Bienaventuranzas

Primera Lectura

Lectura del Libro del profeta Jeremías

Así habla el Señor:
¡Maldito el hombre que confía en el hombre
y busca su apoyo en la carne, 
mientras su corazón se aparta del Señor!
Él es como un matorral en la estepa
que no ve llegar la felicidad;
habita en la aridez del desierto,
en una tierra salobre e inhóspita.
¡Bendito el hombre que confía en el Señor
y en él tiene puesta su confianza!
Él es como un árbol plantado al borde de las aguas,
que extiende sus raíces hacia la corriente;
no teme cuando llega el calor
y su follaje se mantiene frondoso;
no se inquieta en un año de sequía
y nunca deja de dar fruto.

Palabra de Dios, Jeremías 17, 5-8

Salmo responsorial

R/ Feliz el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

¡Feliz el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los impíos,
sino que se complace en la ley del Señor
y la medita de día y de noche! R/

Él es como un árbol
plantado al borde de las aguas,
que produce fruto a su debido tiempo,
y cuyas hojas nunca se marchitan:
todo lo que haga le saldrá bien. R/

No sucede así con los malvados:
ellos son como paja que se lleva el viento.
Porque el Señor cuida el camino de los justos,
pero el camino de los malvados termina mal. R/

Salmo 1, 1-4.6

Segunda Lectura

Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios

Si se anuncia que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que algunos de ustedes afirma que los muertos no resucitan? Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes es inútil y sus pecados no han sido perdonados. En consecuencia, los que han muerto con la fe en Cristo han perecido para siempre. Si nosotros hemos puesto nuestra esperanza en Cristo solamente para esta vida, seríamos los hombres más dignos de lástima. Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos.

Palabra de Dios, 1° Corintios 15, 12. 16-20

Evangelio según San Lucas

Al bajar con los Doce, Jesús de detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón. 
Entonces Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo:
«¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece!
¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados!
¡Felices ustedes, los que ahora lloran, porque reirán!
¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y los proscriban, considerándolos infames a causa del Hijo del hombre!
¡Alégrense y llénense de gozo en ese día, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo. De la misma manera los padres de ellos trataban a los profetas!
Pero ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen su consuelo!
¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre!
¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas!
¡Ay de ustedes, cuando todos los elogien! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los falsos profetas!

Palabra de Dios, Lucas 6, 17. 20-26


Felices somos

En el Evangelio de este domingo, Jesús nos habla de la felicidad; una felicidad que, a diferencia de la humana, no está puesta en los bienes terrenales, las risas en las que nos aturdimos o en la vanidad de ser siempre "perfectos". La felicidad de Jesús es una felicidad que solo posee a Dios; no se trata de ser mendigos, sino de trabajar confiados en el sustento del Señor; no es sufrir, soportando humillaciones y desprecios; es entender que ser justos y honestos, pone en riesgo los intereses mezquinos de los que viven haciendo el mal, y va acarrearnos dificultades y dolor. La felicidad que nos propone Jesús es, en definitiva, es vivir en el amor y la justicia, sabiendo que Dios estará siempre con nosotros, fortaleciéndonos en cada desafío y sustentándonos en todo lo que necesitemos. Quien a Dios tiene, nada le falta, solo Dios basta (Santa Teresa de Ávila).




Seguí sus Huellas en InstagramXFacebookYouTube y Pinterest

Comentarios